miércoles, 12 de febrero de 2014

En busca de la felicidad

En una noche relajada de visita en casa de una tía, estaba mi prima haciendo las respectivas arepas con harina de maíz pelado. Una bolsa sobre el mesón y ¡Ay de ti si te veo haciendo café con leche! fue el saludo amoroso de su esposo.


Ellos tienen una niña de 3 años que aun toma tetero y a pesar de que él trabaja cerca de un popular supermercado valerano, conseguir leche para su hija es igual de complicado que para el resto de los trujillanos.

En estos días venia en la buseta con un compañero de clase, muy oficialista, pero también muy crítico, me afirmo que es a los dueños de los supermercados a quienes les interesan que haya cola, porque así se ahorran trabajadores para caletear los productos, porque los mismos compradores lo hacen. Me calle, estaba asombrada que una persona joven y talentosa pensara así. 

La noche que estaba donde mi tía, mi primo político conto que tuvieron que cerrar el supermercado, buscar a la policía para que ordenara y para que no saquearan y además, vender la leche desde la azotea pasándola con cuerdas o algo así. Esa es la historia que muchos contaron, yo no estaba allí, pero esa es la verdadera historia de nuestro país.

Lo que dicen las cifras 

“El resultado del indicador de escasez en alimentos fundamentales fue 26,2% en enero, lo cual representa un mejor abastecimiento de estos rubros respecto al mes de diciembre (28,3%)” fue lo publicado en el informe del INPC del BCV del mes de enero.
Para el venezolano promedio nada ha mejorado con respecto a los meses anteriores. Daniel Boscán un consumidor Carvajalense opina que la escasez ha aumentado y que cada día esta peor.

La leche, la harina de maíz precocida, el aceite, la margarina y el papel tóale son unos de los productos más buscados por los venezolanos, productos que están clasificados como de primera necesidad, por lo cual están fuertemente regulados por el Estado.

Enormes colas o anaqueles vacíos son dos panoramas con los que día a día se enfrentan los habitantes de un país con enormes reservas de gas y petróleo donde no hay suficientes fuentes de trabajo y “revender” los productos escasos es un muy “buen” negocio.

La política que tienen los supermercados de “2 productos por persona”, limita la adquisición de estos, entonces la cola de dos horas es solo para una o dos cositas.
Según el gobierno nacional, la escasez se presenta porque hay una guerra económica contra el presidente Nicolás Maduro y el acaparamiento domestico, por las compras nerviosas que hacen los venezolanos, afecta aún más la actual crisis alimenticia.

Algunos de los productos escaseados. Foto tomada de BBC Mundo

Según el informe que mencione anteriormente “ha disminuido”, pero ha disminuido con respecto a diciembre ¿los meses anteriores donde quedan? Según el mismo BCV, En los meses de junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre del año 2013 la escasez fue de 19,3%; 19,4%; 20%; 21,2%; 22,4% y 23%. 

Ahora la pregunta es ¿Ha disminuido? La cuenta dice que no, se ha acrecentado paulatinamente y disminuyó solo con respecto al mes anterior.

Estos indicadores también indica que el gobierno no le hace justicia a lo que esta planteado en el articulo 305 de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año 1999, que reza que “El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, y en consecuencia garantizará la seguridad alimentaria de la población(…)” 

Sin embargo, con la medida tomada más popular tomada por el gobierno nacional que fue importar 39 millones de rollos de rollos de papel sanitario, este producto se ha visto con mayor frecuencia en los supermercados. La situación de la leche es peor, con la harina y la margarina ha disminuido solo un poco.

El turno es para

En este nuevo año se han sumado a la lista otros productos alimenticios y de higiene personal. La harina de trigo, el azúcar, la cera para pisos, el jabón en polvo y de tocador también son muy difíciles de encontrar. Pero la parte más jocosa de todas es que mi hermano, un chavista extremista, exclama indignado que ya en este país ni envenenarse las tripas se puede, porque hasta las gaseosas están desaparecidas.

Pero como no solo de pan vive el hombre, toca cambiar la dieta a yuca, ñame y plátano y pasarlo con jugo de papelón.

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