martes, 11 de noviembre de 2014
Crisis sanitaria en desarrollo
7:57
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La señora Rosa Della Luna ya se cansó de las procesiones por las
farmacias para buscar las pastillas para la epilepsia, el método que aplica
actualmente es llamar a las 42 farmacias que tiene registradas en su agenda
telefónica, la letanía ya se la conoce de memoria y los boticarios ya la reconocen;
una caja le dura solo cinco días, pero si falla en su medicación sus ataques
convulsivos regresarían y pondría en riesgo significativo su integridad física.
En el mes
de enero se registró según el boletín mensual del Banco Central de Venezuela
(BCV) que la escasez general en Venezuela era de 28%, desde entonces no se
tiene una cifra oficial, para agosto se calcula extraoficialmente que es de un
35% a nivel general, pero según las declaraciones del presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela (FFV),
Freddy Ceballos en el sector salud, la cifra alcanza un 60% en la
capital y de un 70% en el interior del país.
A juicio del presidente de la FFV en sus declaraciones a Unión radio
expuso que “el único responsable es el Ejecutivo que centraliza la entrega de
divisas y no sabe gerenciar las importaciones. La realidad es que los
ciudadanos no pueden curarse de muchas patologías y se están perdiendo
vidas".
Derecho a vivir
La Declaración Universal de los Derechos Humanos
firmada en París en 1948 en su artículo 3 reza “todo individuo tiene derecho a
la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”seguidamente
en su artículo 25 expone que "Toda persona tiene derecho a un nivel de
vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y
en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y
los servicios sociales necesarios…”
No obstante, en el Programa Venezolano de Educación
Acción en Derechos Humanos (Provea), en su Boletín Internacional sobre la
situación de los derechos humanos en Venezuela, de los meses de julio-agosto
2014 expone que el derecho a la salud en nuestro país está en una situación
extremadamente critica, como consecuencia de las condiciones de precariedad de
la red de salud pública aunado a los altos niveles de desabastecimientos en
medicinas, reactivos, insumos médicos, entre otros.
Asimismo
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) en su artículo
83 reza que “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado,
que lo garantizará como parte del derecho a la vida…” Sin embargo, Provea en su
informe anual expone que de manera generalizada, en el 2013 la población
venezolana fue objeto de severas limitaciones para disponer de garantías
mínimas de atención a sus necesidades de salud, llegando al punto de
comprometer la integridad física y la vida de diversos grupos de personas.
El
presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, afirmó que
“el 97% de los hospitales de todo el país solo registran 2%, 3% o 4% de los
insumos necesarios" y que por el desabastecimiento, las clínicas también
están en una situación crítica y pide al Estado que se declare al país en
emergencia sanitaria y que no minimice la situación.
Con
respecto a este tema la CRBV expone que “… el sistema público nacional de salud dará
prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades,
garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad…”. A pesar de
esta garantía constitucional, León Natera también denunció que han tenido que
amputar en diversas oportunidades a pacientes con traumas físicos por falta de
insumos.
Las opciones
El diario
Correo del Orinoco en una nota publicada el 6 de abril de este año, expone que
“de acuerdo a cifras del año 2013, del Instituto Nacional de Estadística (INE)
el 82,4% de la población es atendido en la red de salud pública y resto de la
población, el 17,6% acude a clínicas privadas”.
Según el
anuario de Provea en Venezuela hay 14.719 establecimientos de salud reportados,
de los cuales aproximadamente 90% pertenece al sector público y el otro 10% al
sector privado. Según la CRBV del año 1.999 en el artículo 84 explica que “para
garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y
gestionará un sistema público nacional de salud…”, pese a esto el mismo informe
anual revela que hace trece años el sistema de salud privado representaba solo
el 6%; esto evidencia el crecimiento de la red de salud privada.
En el
boletín internacional de Provea afirman que el sistema de salud privado ha
soportado un poco el detrimento del sector público, sin embargo los altos
costos de estos servicios y la baja cobertura de los aseguramiento de la
población obliga a la mayoría de las personas a acudir a la red pública de
salud.
Una bomba de tiempo
La misma señora Rosa Della Luna se autodenomina una
farmacia ambulante, se refiere a una cartuchera con muchas pastillas que
abultan su cartera. Antiepilépticos, anticoagulantes, tres tipos diferentes de
medicamentos para la taquicardia están presentes en su “cotillón”.
Cuenta que hace 7 años le practicaron una operación
a corazón abierto y le remplazaron por prótesis mecánicas, la válvula mitral y
aortica, en ese tiempo recibió la ayuda de PDVSA social que pago toda la
operación en una clínica privada en Maracaibo. El Cirujano Cardiovascular que
la operó le anunció que nuevamente tiene problemas con sus válvulas.
Hace seis meses comenzó de nuevo el suplicio de la
señora Rosa que no tiene ningún tipo de póliza de seguro de hospitalización, ni
cirugía. El financiamiento de operaciones de esa envergadura están paralizadas
por Pdvsa, fue al Hospital Militar “Carlos Arvelo” y le dijeron que saliera del
país porque ni en ese hospital, ni en Venezuela hay los insumos; en el Miguel
Pérez Carreño un hospital del Seguro Social en Caracas también le anunciaron
que no hay insumos, pero que puede empezar a tratarse por ahí y así ponerla en
una lista de espera, sin embargo los tramites son muy lentos y burocráticos.
En el informe anual 2013, la ONG Provea manifiesta
que en comparación con el estándar internacional de camas hospitalarias
públicas (3 x 1.000 habitantes), Venezuela presenta un alto déficit, que ha ido
creciendo hasta llegar a 70%. También reveló que según datos de la Oficina
Panamericana de la Salud (OPS), entre los años 2005-2008, la tasa de camas en
Venezuela fue 1,3 x 1.000 habitantes y, entre los años 2009-2011, bajó a 0,9 x
1.000 habitantes. Del total de camas disponibles para el año 2013, solo el 57%
se encontraba en la Salud Pública.
A parte de la poca disponibilidad de camas, según
el boletín internacional por falta de
quirófanos, insumos y médicos los “pacientes” esperan entre siete y ocho meses
para ser operados. La señora Rosa lleva seis meses y ni siquiera ha comenzado
su proceso de espera.
Causas
Según las declaraciones del presidente de la
Federación Farmacéutica de Venezuela y el de la Federación Médica Venezolana,
la causa principal del desabastecimiento en este sector es la poca asignación
de divisas para importar los insumos y la materia prima necesaria, este déficit
se nota porque el 80% de los insumos usados en el país son importados.
Otra de las razones de este problema es la demora
en el pago de los dólares a las compañías internacionales, esto afecta
significativamente la línea de crédito de los proveedores del país. También el
estancamiento general de los precios desde el 2011 (en algunos medicamentos el precio
está congelado desde el 2003) es una de las primeras razones de la escasez.
A parte de todos los problemas de importación en el
anuario de Provea expone que la Contraloría General de la República señaló en
sus informes 2011 y 2012 irregularidades cometidas por funcionarios cubanos y
venezolanos en actividades de importación,almacenamiento y distribución de
medicamentos procedentes del Convenio Cuba-Venezuela sin la debida observancia
de sus fechas de vencimiento. En el 2013 también hubo denuncias de nueve
irregularidades parecidas, que hasta ahora ninguna ha sido aclarada
formalmente.
El Estado venezolano es el encargado y el obligado
jurídicamente a resolver y solucionar los problemas de salud en el país, pues
en la CRBV despliega este deber en su artículo 85 “El financiamiento del
sistema público nacional de salud es obligación del Estado, que integrará los
recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y
cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado
garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos
de la política sanitaria…”
lunes, 17 de febrero de 2014
La economía informal en el NURR
El Señor Amado Mogollón es un personaje muy conocido en los pasillos del Núcleo Universitario Rafael Rangel. Por lo menos un chicle o una galleta le han comprado las personas que transitan por esta casa de estudio.
Señor Amado Mogollón. Fotografía tomada de su Facebook |
En este vídeo, mis compañeras de clase Jessica Rolong y Juliet Medina, ponen de manifiesto la vida de un padre de familia que escogió la economía informal como medio para subsistir.
Aquí relatan la historia de Amado Mogollón, uno de los 5.174.189 venezolanos que actualmente trabajan en la economía informal.
sábado, 15 de febrero de 2014
La mesada
Un día después de mi cumpleaños número 17 me inscribí en la ilustre universidad de Los Andes, Comunicación Social era la carrera escogida para estudiar y ejercer en los próximos años.
Hasta ahora nunca he tenido que hacer mercado, comprar productos de limpieza, pagar servicios públicos o algo parecido, hasta la renta del teléfono y la ropa me la compran mis padres.
En el primer año de la carrera mi papá me daba 20bs diarios, en ese entonces debía pagar constantemente cyber, sacar copias de libros completos, desayunaba en la universidad, compraba dulces y hasta podía guardar una parte de ese dinero para salir el fin de semana o comprarme una que otra cosa que me gustara. No era mucho, pero lo hacía.
En segundo año todavía me mantenía la misma mesada, cuando los gastos eran mayores me daba dinero aparte, pero estaba tranquila y todavía podía desayunar casi todos los días en la universidad.
Ese año obtuve una beca trabajo de la ULA, por trabajar 8 horas semanales me pagaban 400bs, ese dinero me servía para algunos gastos personales y para no pedir tan constantemente dinero en mi casa. También conseguí un modem de internet para mi computadora, es una renta aparte que tiene mi papá, así ya no frecuento tantos cibers y me ahorraba dinero de mi mesada.
El año siguiente comenzó con la misma cantidad, pero los días lunes me daba completo para toda la semana, los gastos grandes en la universidad eran más constantes, aunque ya las copias no fueran tan abundantes porque no las ingeniábamos para que todo fuera virtual. Ahora los 100bs no llegaban ni al miércoles.
Desayunar en el NURR era raro, sacar copias era solo las necesarias y nada de ahorrar para un brillo labial. Los 100bs se convirtieron en 200/250bs, aparte de los adicionales. El tercer año fue agotador y productivo académicamente, pero económicamente tuve, como muchos, hacer cambios estructurales en mis finanzas estudiantiles. Mensualmente con los 400bs de la beca y los 800bs que me daba mi papá, el único gasto fijo era un yogurt que me comía en la hora del receso. Me volví lo más tacaña que pude.
Hasta ahora nunca he tenido que hacer mercado, comprar productos de limpieza, pagar servicios públicos o algo parecido, hasta la renta del teléfono y la ropa me la compran mis padres.
Ya estoy culminando el cuarto año, ahora no tengo ni idea de cuánto me da mi papa semanalmente, puesto que estoy haciendo el servicio comunitario y me toca comprar almuerzo dos veces a la semana, aparte de las cosas requeridas para dicho servicio, lo cierto es que muy bajito y de forma jocosa mi mamá me dijo que estaba “ganando” más que de un sueldo mínimo.
En el cuarto año de esta hermosa carrera he comprendido, que a pesar de que no tengo que hacer un viaje maratónico para llegar a clase ya que vivo a un km de distancia, que para estudiar en Venezuela hay que tener plata.
El aire de Paraguaná
Te daré la clave del éxito: ¡guarda ese teléfono, porque te lo van arrancar! Un señor completamente desconocido se acerco a mi de la manera más sigilosa que yo haya visto, para advertirme lo que susurraba la gente. Eso fue una mañana.
A las 8:30 p.m del dia anterior, emprendí con unos familiares un viaje para Punto Fijo, la zona libre de impuestos por excelencia para quienes buscan comprar electrodomésticos, licores o cualquier cosa, en realidad.
A mi me ocurrió la brillante idea de pedirle el teléfono prestado a mi tía para grabar un vídeo amateur de la situación, las personas a la defensiva y con miedo de un teléfono creyeron que yo tumbaría el gobierno o los denunciaría con los dueños del establecimiento para que no obtuvieran lo que todos estábamos esperando comprar. El bolsillo de mi tío político fue un buen resguardo.
A las 3:00 am llegamos a nuestro destino, yo estaba entre dormida todavía, pero mi tío se quejaba de que en la lista ya estaban a notadas mas de 180 personas. A las 8 am después de mi "cómoda" noche de carretera, fue que comenzó la verdadera odisea. En un reconocido centro comercial de la zona franca, nos aglomeramos casi 400 personas, la razón: aires acondicionados Split de 18.000Btu en nueve mil y tantos bolívares.
El meollo del asunto
Desde que el presidente Nicólas Maduro anunció, a principios de noviembre del año pasado, que bajarían los precios de los productos electrodomésticos y otros rubros, en el marco de la lucha gubernamental contra la especulación y el acaparamiento, el pueblo Venezolano se avasallo a los comercios para comprar a "precios justos" esos artículos.
Anuncio de Maduro
Anuncio de Maduro
Hay que acotar que el margen de ganancia de las tiendas era exorbitante y los productos eléctricos estaban carisimos, luego del despelote y de que la mayoría gastara sus ahorros y aguinaldos equipando sus casas a buenos precios, el encanto desapareció. Dos meses después, las consecuencias en algunos comercios aún son palpables, pero en la mayoría de los casos la situación empeoró y los precios son aún mayores.
Un cupo, un trabajo
Muchas de las personas que estábamos reunidas en ese centro comercial, veníamos de otras partes del país y algunos tenían varios días luchando para comprarse ese aire barato, el gasto de hospedaje y comida, encarecía por mucho lo que buscaban.
Del ciento ochenta y pico bajamos al ciento treinta, según las personas allí reunidas venderían 150 aires ese día, pero la información no estaba confirmada y solo lo sabríamos a las 11:00am cuando abrieran el Centro Comercial, así que unas personas realmente avispadas estaban vendiendo los cupos por 1.000bs ¡Si quedas entre los 150 estas hecho!, decían. Ese era el precio mínimo, nosotros "no lo necesitábamos", pero muchos si cayeron en el negocio astuto de los vendedores de cupo.
Las horas pasaban y la zozobra aumentaba, ojala entremos porque en esta zona no hay mas split a ese precio, sino habremos perdido el viaje" decían. Después de tanto esperar, por fin abrieron el centro comercial y repartieron 90 números nada más.
La solución
Nos toco ir a otro reconocido comercio, la diferencia entre precio y potencia era abismal. Uno de ventana de 8.000Btu costaba casi 7.000bs, barato en comparación con los precios del mercado Trujillano, pero igual no era viable para nosotros. La solución que propuse fue, ¡Vamos a llevarnos de recuerdo el aire de Paraguaná, por que para aires acondicionados, no hay!
miércoles, 12 de febrero de 2014
En busca de la felicidad
En una noche
relajada de visita en casa de una tía, estaba mi prima haciendo las respectivas
arepas con harina de maíz pelado. Una bolsa sobre el mesón y ¡Ay de ti si te
veo haciendo café con leche! fue el saludo amoroso de su esposo.
Ellos tienen una
niña de 3 años que aun toma tetero y a pesar de que él trabaja cerca de un
popular supermercado valerano, conseguir leche para su hija es igual de
complicado que para el resto de los trujillanos.
En estos días venia
en la buseta con un compañero de clase, muy oficialista, pero también muy
crítico, me afirmo que es a los dueños de los supermercados a quienes les
interesan que haya cola, porque así se ahorran trabajadores para caletear los
productos, porque los mismos compradores lo hacen. Me calle, estaba asombrada
que una persona joven y talentosa pensara así.
La noche que estaba
donde mi tía, mi primo político conto que tuvieron que cerrar el supermercado,
buscar a la policía para que ordenara y para que no saquearan y además, vender
la leche desde la azotea pasándola con cuerdas o algo así. Esa es la historia
que muchos contaron, yo no estaba allí, pero esa es la verdadera historia de
nuestro país.
Lo que dicen las cifras
“El
resultado del indicador de escasez en alimentos fundamentales fue 26,2% en
enero, lo cual representa un mejor abastecimiento de estos rubros respecto al
mes de diciembre (28,3%)” fue lo publicado en el informe del INPC del BCV del
mes de enero.
Para
el venezolano promedio nada ha mejorado con respecto a los meses anteriores. Daniel
Boscán un consumidor Carvajalense opina que la escasez ha aumentado y que cada día
esta peor.
La leche,
la harina de maíz precocida, el aceite, la margarina y el papel tóale son unos
de los productos más buscados por los venezolanos, productos que están clasificados
como de primera necesidad, por lo cual están fuertemente regulados por el
Estado.
Enormes
colas o anaqueles vacíos son dos panoramas con los que día a día se enfrentan
los habitantes de un país con enormes reservas de gas y petróleo donde no hay
suficientes fuentes de trabajo y “revender” los productos escasos es un muy “buen”
negocio.
La política
que tienen los supermercados de “2 productos por persona”, limita la adquisición
de estos, entonces la cola de dos horas es solo para una o dos cositas.
Según
el gobierno nacional, la escasez se presenta porque hay una guerra económica contra
el presidente Nicolás Maduro y el acaparamiento domestico, por las compras
nerviosas que hacen los venezolanos, afecta aún más la actual crisis
alimenticia.
Algunos de los productos escaseados. Foto tomada de BBC Mundo |
Según
el informe que mencione anteriormente “ha disminuido”, pero ha disminuido con
respecto a diciembre ¿los meses anteriores donde quedan? Según el mismo BCV, En
los meses de junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre del año 2013
la escasez fue de 19,3%; 19,4%; 20%; 21,2%; 22,4% y 23%.
Ahora
la pregunta es ¿Ha disminuido? La cuenta dice que no, se ha acrecentado paulatinamente
y disminuyó solo con respecto al mes anterior.
Estos
indicadores también indica que el gobierno no le hace justicia a lo que esta
planteado en el articulo 305 de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela
del año 1999, que reza que “El Estado promoverá la agricultura sustentable como
base estratégica del desarrollo rural integral, y en consecuencia garantizará
la seguridad alimentaria de la población(…)”
Sin embargo,
con la medida tomada más popular tomada por el gobierno nacional que fue
importar 39 millones de rollos de rollos de papel sanitario, este producto se
ha visto con mayor frecuencia en los supermercados. La situación de la leche es
peor, con la harina y la margarina ha disminuido solo un poco.
El turno es para
En este
nuevo año se han sumado a la lista otros productos alimenticios y de higiene
personal. La harina de trigo, el azúcar, la cera para pisos, el jabón en polvo
y de tocador también son muy difíciles de encontrar. Pero la parte más jocosa
de todas es que mi hermano, un chavista extremista, exclama indignado que ya en
este país ni envenenarse las tripas se puede, porque hasta las gaseosas están desaparecidas.
Pero
como no solo de pan vive el hombre, toca cambiar la dieta a yuca, ñame y plátano
y pasarlo con jugo de papelón.
lunes, 3 de febrero de 2014
Es cuestión de suerte
Suelen decir que cuando las personas
quieren prosperar, solo tienen que estudiar y trabajar. Luego viene comprar la
casa, el carro, los viajes, las cosas “básicas” que una persona promedio
necesita en el mundo occidental.
En Venezuela, la nación a la que mi
abuelo italiano decidió hacerla su hogar luego de la guerra, es un país que
tiene llanos donde se puede criar mucho ganado; una zona andina donde se puede
sembrar una variedad enorme de vegetales; una zona costera que brinda muchos
tipos de mariscos y pescados, pero sobre todo tiene reservas muy grandes de
oro, petróleo y gas; sin embargo, aquí “progresar” es cuestión de
suerte.
Una vivienda es algo prioritario para
que una familia promedio pueda estar un poco estable. Pero antes de obtenerla,
una familia como la mía, con un padre Ebanista y una mamá ama de casa han
pasado por diversas odiseas para conseguirla.
Comprarla ya construida requiere tener varias
líneas de crédito abiertas, un número aceptable de dinero ahorrado y muy buenos
amigos que te avisen donde vean una ganga. Actualmente una vivienda en un
sector de clase media baja no cuesta menos de Bs500.000, o así es que aparece
en los diarios regionales y una amiga que tiene una inmobiliaria nos repite constantemente que la línea de crédito del fondo habitacional es de
máximo Bs350.000 y el número de personas que lo aceptan es muy escaso, por la
tardanza del papeleo.
Otra opción es construir una casa, para
eso hay que empezar visualizando el terreno y cada vez son menos los ofertados,
a aparte de la escasez, los precios generalmente no son accesibles para una
pareja donde sólo uno en casa trabaja y que además deben pagar alquiler.
Con un golpe demasiado extraño de
suerte, muchos préstamos y algunas limitaciones, por fin mis padres lograron
comprar una parcela de terreno ¡Todo parecía muy perfecto!
Por
aquí y por allá
Requisitos por aquí y por allá, luego de
un año de papeleo y esperanzas acumuladas llego un vecino con la maravillosa
noticia “ay señora no luche más, que si ustedes no tienen los servicios
públicos ningún ente les fabricará la casa y estos terrenos no los tienen”. Así
comenzó la odisea de proyectos para servicios públicos, pero decían ¡plata no
hay!
Agotadas todas las esperanzas por los
medios estadales, con algunos trabajos escasos de mi mamá y míos, ahorramos algo
de dinero. Así comenzamos este proyecto habitacional. Las primeras cabillas, la
malla trucson y el cemento para la construcción, no fueron fáciles de
conseguir, pero se consiguieron con algunos contactos estratégicos.
Actualmente cuando no ha pasado ni un
año desde que comenzamos la primera fase de la casa, amanecer en colas para
comprar cemento, caminar por infinidad de ferreterías para conseguir un tubo y
que todo se haya triplicado es realmente duro, una situación por lo que
tristemente hemos tenido que pasar.
Nada de paseos, ropa o fiestas. Con
deudas pagables a amigos que dan facilidades con el tiempo y las cuotas de pago, así la mitad de la
casa ya está habitable, la otra es un proyecto a futuro cuando todo se
encuentre normalmente. Pero lo más curioso es que después de haber perdido las
esperanzas, un frente bolivariano apareció de la nada y en un tiempo récord de
2 meses casi tiene culminadas en el mismo sector, 17 viviendas.
La casa de mis padres, en el fondo las casas "Bolivarianas" |
Ahora la frase favorita de mis padres,
cuando le preguntan que porque no se esperaron es: “en este país todo es
cuestión de suerte”
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